El uso de máscaras en el Carnaval corresponde a un ejercicio de memoria africana que inició en América bajo la esclavitud, pero que se mantiene en la actualidad gracias a la transmisión de saberes y prácticas en los talleres de Galapa.
En estos espacios es posible encontrar familias que, además de máscaras, hoy producen utensilios de cocina y oficina, suvenires y bisutería adornados con los ya conocidos diseños de animales.
Los talleres son liderados en su mayoría por hombres que aprendieron y ahora difunden el oficio artesanal por medio de la tradición oral.